Una nueva Aventura, un nuevo proyecto

 

La aventura de Arquitectura del Orden nació en febrero de 2018. Por casualidad y necesidad. Aunque como dice un buen amigo, no existen la casualidades sino las CAUSALIDADES. En una época difícil y complicada de mi vida ese regalo que son mis amigas me cuidaban y me acompañaban con tanto cariño que sólo recordarlo me llena los ojos de lágrimas. Celebrábamos mi cumpleaños y de camino al restaurante, Diana me propuso hacer un mercadillo con la ropa de la mujer de su padre. Un año antes él había fallecido y Diana y sus hermanos estaban en proceso de vaciar la casa. Adentrarme en el vestidor de Tita era de lo más sugerente, excéntrica y original en su estilo, su ropa era el reflejo de los incontables viajes alrededor del mundo que había hecho junto al padre de mi amiga.

 

Cuando fui por primera vez a la casa descubrí que no solo había ropa. Muebles, lámparas, cuadros, decenas de objetos decorativos e incontables utensilios se encontraban desperdigados por todas partes. Tita se había acomodado ya en su nuevo hogar, y la familia había seleccionado todas aquellas cosas que tenían valor sentimental para cada uno. Mi pregunta fue “¿Qué vais a hacer con todo esto?” No sabían. Les propuse venderlo todo en el mercadillo, igual que se hace en los Estate Sales norteamericanos, donde se vacían de forma íntegra las casas, dando salida a todo tipo de objetos y convirtiendo las ventas en auténticas búsquedas de curiosidades. ¡Tus trastos son un tesoro!

El mercadillo fue un éxito. Y muchas amigas comentaban que hubieran necesitado un servicio así para vaciar la casa de sus padres, la de sus abuelos…

Inesperadamente, empezaron a llamarme pidiéndome ayuda para desprenderse de cosas que ya no necesitaban. Algunos se habían mudado a casas más pequeñas y otros tenían objetos heredados y no sabían qué hacer con ellos. Durante meses, en el garaje de mis padres – cual gurú informático – organicé “garage sales” dando segundas oportunidades a decenas de cosas.

 
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Con el tiempo, y gracias a mi cuñada, este proyecto tomó nombre – Arquitectura del Orden. Y aunque inicialmente contemplaba también ordenar casas, ha ido ocupando su lugar en un modelo de negocio original y centrado en ayudar a las personas a despedirse de todo aquello que no necesitan fomentando una economía circular y un consumo sostenible. En el camino, un encuentro que iba a ser causal se convirtió en un te que duró más de dos horas. La conexión con Sue, La nueva creativa, fue brutal, y de su mano, Arquitectura del Orden comenzó a tomar forma en todos sus aspectos. A ser un proyecto tangible, que nacía del corazón y las entrañas.

A esta aventura se sumó, con los ojos cerrados, María. Aunque siempre había estado a mi lado, echándome una mano, desde la casa de Aravaca.

Y aquí estamos hoy, disfrutando cada día de un proyecto que despierta nuestra curiosidad, nos enseña constantemente cosas nuevas y tiene un propósito, abrazar el pasado para afrontar el futuro.

 

¡Os esperamos en las próximas Puertas Abiertas!